Intimidación escolar, reto educativo

Durante sus primeros días de trabajo en la Institución Educativa Héctor Abad Gómez, la docente Astrid Arango contempló la manera como Simón* logró que sus compañeros le obedecieran, les quitó sus juguetes, los golpeó e insultó.“Adoptaba una actitud de ser el más fuerte, el que nada le duele, decía tener familiares o amigos más malos y que por eso no lo podían molestar”.

Simón tiene 7 años y está cursando el prescolar por tercera vez; perdió el primero por faltas de asistencia y el otro por bajo rendimiento. El de Simón no es el único caso manifiesto de bullying o intimidación escolar en las instituciones educativas Héctor Abad Gómez, sección Darío Londoño Cardona, y en la Fundación Golondrinas, sede Caicedo. Ampliando el foco, situaciones similares abundan en el departamento y en el país ¿Cómo están reaccionando las instituciones educativas frente a la intimidación escolar?

Los altos niveles de intimidación escolar en aquellas instituciones, llevaron a un grupo de investigadores de la Facultad de Educación, a proponer el proyecto “Bullying-Intimidación Escolar. Horizontes estratégicos para la sana convivencia”, ganador de la convocatoria 2012 del Banco Universitario de Programas y Proyectos de Extensión –Buppe.

“La poca o nula existencia de estrategias de acompañamiento para el abordaje demuestran que los maestros no sabemos qué hacer”, indica la docente e investigadora Yolida Ramírez, quién se interesó por estas instituciones acompañada de seis estudiantes del pregrado de Educación, quienes desarrollan su proyecto de práctica e investigación de grado. 

Audio Amplíe la información sobre este proyecto. Escuche a la docente Yolida Ramírez.

El grupo detectó que el 70 por ciento de las agresiones totales correspondían a bullying, así como el 40 por ciento de las inasistencias totales; por el contrario, solo encontraron un cinco por ciento de estrategias para disminuirlo.

La intimidación escolar, también conocida como acoso escolar, matoneo o por el término inglés bullying, consiste en cualquier forma de maltrato sicológico, verbal o físico producido entre escolares de manera reiterada y periódica.

El bullying se manifiesta en juegos o en reacciones violentas. La profesora Astrid Arango recordó aquella vez que conoció a Simón: “estaba jugando con un arma-todo, tenía en sus manos una pistola construida durante el juego, le pregunté su nombre y me contestó con una sonrisa nerviosa: Yo me llamo Simón Salazar y esto es una cámara fotográfica”, cuando era evidente que el objeto era una pistola.

“Cuestionados por la manera tan agresiva de resolver los conflictos, nos involucramos en las instituciones y evidenciamos que tanto lo académico, como la vida escolar estaban quebrados por la convivencia. Este proyecto espera revertir la tendencia trabajando el asunto de la convivencia”, explica Yolida Ramírez.

Para el grupo de investigadores de la Facultad de Educación, las causas de la intimidación escolar son múltiples: poco acompañamiento por parte de la familia a sus hijos en lo referente a la norma, violencia intrafamiliar, acceso a trabajo ilícito, incremento del trabajo infantil, entornos inseguros, aprendizaje de juegos violentos a través de los medios de comunicación, violencia urbana, escuelas no protectoras y desconocimiento del bullying-intimidación escolar por parte de las instituciones educativas.

Tanto los niños que son testigos y víctimas, como los intimidadores, sufren de miedo, bajo rendimiento académico, ausentismo, deserción escolar, agresiones físicas, sicológicas y verbales como efectos del bullying. Además corren el riesgo del consumo temprano de sustancias ilícitas y alcohol, enlistar una carrera criminal, o sufrir problemas emocionales como ansiedad, estrés, depresión e ideas suicidas.

Para revertir esta tendencia se trabajará en que estudiantes, docentes y padres tengan conocimientos básicos para identificar situaciones de riesgo y protectores en torno al tema, además de crear un comité de convivencia, integrado por estudiantes que lideren proceso de inclusión. 

¿Cómo dejar la capacidad instalada en las instituciones para reaccionar ante la intimidación escolar? Escuche a la docente Yolida Ramírez.

Para que Simón y sus compañeros tengan una buena convivencia, incrementen sus competencias académicas y estén motivados por el aprendizaje, es necesario, según Ramírez, fortalecer sus habilidades sociales, sus capacidades para resolver conflictos de manera asertiva y promover alternativas de juegos que no se medien por la violencia.

Por esta razón, el proyecto busca fomentar un entorno donde predomine el diálogo, la comunicación, la negociación, la mediación, el respeto y el afecto; evitando así las prácticas violentas y la resolución de problemas por esta última vía.